noviembre 06, 2011

Correntada de fútbol.




Las horas previas a la realización del encuentro entre blanquirojos y blaugranas estuvieron aderezadas con una torrencial lluvia que dejó hasta 100 litros por kilómetro cuadrado en ciertos tramos del día e incluso provocó que las autoridades de la ciudad emitieran alertas.

El desarrollo del juego no fue distinto del escenario que los más optimistas pudieran haber previsto. Fue un ir y venir como sugirieron ambos técnicos en la conferencia de prensa pre-partido. Sin embargo por el aguacero la transición del balón en efecto se tornó plomosa.

El Bilbao pegó primero. Un zarpazo de Ander Herrera al minuto 20 desniveló la balanza a favor de los del País Vasco dejando el récord de imbatibilidad de Valdés en 897 minutos. Deberá correr mucha agua debajo del puente para que esa proeza sea alcanzada nuevamente.

La respuesta a ese tanto fue tan sólo 4 minutos después con Cesc poniéndose el buzo de Llorente, bajando un balón colgado desde la izquierda por Abidal y cabeceado justo donde Iraizoz no pudo llegar. De no haber tenido el FCB ese arresto para reaccionar rápidamente le hubiera supuesto batallar contra una defensa búnker y con marcación al jugador como las que acostumbra proponer Bielsa en los encuentros luego de ponerse delante en el marcador.

Al 55’ Messi marcó en fuera de juego y se veía venir un aluvión que decantara el partido a favor del club de la Ciudad Condal. Sin embargo con las acciones igualadas, en una de las pocas oportunidades que los bilbaínos crearon en la 2da mitad con un tiro de esquina cobrado desde la derecha y luego de un mínimo rebote en el muslo de Llorente fue Piqué quien finalmente la introdujo en la meta.

Habrá que ver que dice el acta arbitral pues Llorente celebró como si hubiese anotado. Con suerte no será como el tristemente célebre caso de Cristiano Ronaldo y Pepe vrs Sevilla de la temporada pasada o el de Miguel y Pablo del Valencia - Barcelona del presente curso. Miguel ni siquiera cruzó la línea del mediocampo en esa ocasión y en el acta del trencilla figuraba como anotador del gol en Mestalla.

Al 91’ Messi y después de múltiples rechazos dentro del área chica por fin rompió uno de los pocos gafes que aún le quedan en la Liga BBVA pues nunca había marcado en San Mamés. Salvador de su equipo de nuevo.

Hubo algo durante el desarrollo del juego que los del Barcelona que llamaba poderosamente la atención, chocaban increíblemente entre sí y ello remiten irremediablemente a los partidillos de la pubertad. Pero, claro, en esto hay algo innegable: la entrega. Que empieza desde la abrumadora presión arriba que ejercieron sobre tres cuartos de cancha.

No faltará quien suelte las campanas al aire y esgrima el ridículo argumento que el sistema de Guardiola ha dejado de ser operativo tan sólo porque ya se lo han descifrado. Lo que no advierten es que los tiempos han cambiado, que los sistemas son exitosos o no de acuerdo a los protagonistas y que esta revolución viene desde la década de los 70. Todos los estamentos del club saben cuál es la idea de su técnico y esa idea está tatuada en el ADN blaugrana. Dejemos que sea el tiempo nuestro testigo.

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