octubre 13, 2012

Selecta, ¿Siempre con vos?


Sin pretender ponerle sal a la herida, lo visto el viernes en el Estadio Cuscatlán resume de manera sucinta la historia de siempre en nuestro futbol. A lo largo de la semana se exaltó ese optimismo desmedido y nadie se puso a pensar que la derrota (o el empate que venía siendo lo mismo) era una opción muy presumible. 

 Y es que para nadie es un secreto que ese sentimiento llamado Selección Nacional despierta bajas pasiones. En tiempos de calificación rumbo al mundial se olvidan las penurias que nos rodean. No hay quien recuerde la sempiterna inseguridad, la delincuencia, las maras, las morgues llenas de muertos, los niños maltratados, abusados, explotados abandonados, con hambre, etc. 

 La premisa es hasta cierto punto sencilla: el equipo que deja escapar puntos de casa está condenado a no pasar de ronda. Intentar ejecutarla para llevarla a cabo es lo difícil. Pero volvemos al principio, lo mismo de siempre nos mató, la mala preparación. A los desórdenes que caracterizan al ente colegiado que norma el deporte rey en El Salvador no le faltan elementos para escribir una telenovela mexicana. Intrigas, celos, ineptitudes, rumores (fundados e infundados) y un largo etcétera, todo suma para quedarnos como estamos, fuera de la carrera hacia Brasil 2014. Si a ello aunamos el hecho que carecemos de fondos para traer un técnico de élite, a efecto de fundamentar un proyecto de larguísimo plazo que tome en cuenta al futbol base como debe ser, pues la ecuación tiene todos los números para ir directo al fracaso. 

 Viene a la mente una de las frases de aquella primavera de 1968, el famoso mayo francés: "No le pongas parches, la estructura está podrida" Se necesita una purga y que salgan los mismos de siempre de esos puestos que los llevan en los viajes a conocer lugares paradisíacos en el nombre de "Hay que acompañar a los muchachos". Lastimosamente, no aprendemos de nuestros errores y pareciera que los aficionados de a pie, nos vamos a quedar con las ganas.

agosto 04, 2012

Carta de un hincha de River a Riquelme




Un blog es para divulgar ideas. Aquí les dejo la carta que Javier García, periodista y fanático de hueso colorado de River Plate, le dedicó a Juan Román Riquelme. Ese respeto mezclado con odio denota que el 10 xeneize dejó marcados a los seguidores gallinas!


Para Román:

Alivio. Esa fue la primera sensación que me embargó cuando me enteré de la noticia de tu alejamiento de Boca. Soy muy hincha de River, como vos de Boca. Tu etapa de gloria y triunfo coincidio con la de River de ostracismo y oscuridad. ¿Cómo no querés que me alivie?. Después podemos hablar de vos como futbolista. ¿Sabes cuantas veces te dije pecho frío? ¿Tristelme? ¿Freezelme y demás apodos que parió la rivalidad futbolística? Pufff, miles. ¿Me podés culpar? Yo creo que no.

Ayer dijiste a la prensa y al Mundo Boca “Naci bostero y voy a morir bostero”. Bueno yo nací Gallina y voy a morir Gallina. Lo llevo en el ADN. Creí que, en ese mismo combo, venía el no saber disfrutarte. En realidad, fue una consecuencia de mi amor por la banda roja. Siempre, siempre, contra nosotros, la rompiste, nos hacias goles, dabas asistencias o clavabas tiros libres. Vos y tus “amigos” Palermo y Guillermo. Ustedes tres son para mí la “muestra gratis” de este Boca ganador de todo.

Pero con vos, Román, pasa algo distinto. Te puteé hasta el cansancio cuando dejaste la Selección por tu mamá. Me diste la excusa para poder decir “Vieron, ¿Tan grande es? ¡Cómo vas a renunciar a la Selección!”. Lo hiciste por una segunda vez, cuando el único jugador más grande que vos (Diego) te criticó por tevé y te volviste a ir. Volví a criticarte. “¿Cómo vas a renunciar dos veces?” También me mofé de aquel año en que te lesionaste cada dos por tres, incluyendo tu pedido de cambio en el Monumental a los 5′ de juego y grité, a viva voz, desde la San Martín Baja “Se cagó, Riquelme se cagó”.

Lo bueno es que la pelota da vueltas y que uno puede aceptar un error. Que dejes a Boca no me alegra, si me alivia. Y si me causa esa sensación es porque indudablemente fuiste grande. Porque así como para los hinchas de Boca tu nombre es sinónimo de grandeza y triunfos, para mí, tu nombre, es sinónimo de martirio futbolístico. Te vi meterme varios goles, o propiciando otros tantos. También te vi salir derrotado de mi cancha.

Me autoimpuse el no disfrutarte. ¿Cómo iba a disfrutar yo de un ídolo de Boca? ¿En qué cabeza cabía? No podía tampoco ignorarte. Sos demasiado grande para que a cualquiera que le guste el fútbol le pases desapercibido. Entonces, me debí conformar con la tercera opción: Te padecí. Viví todos tus años en Boca con la sensación, inenarrable que la victoria Xeneize era posible en cualquier lugar, circunstancia o momento si el Diez era Juan Román Riquelme. Muchas veces fue así. Ayer, por suerte, no.

Soy periodista, además de hincha de River. No comulgó con tus endiosadores, para mí ningún jugador de fútbol merece ser subido a semejante púlpito -aunque me tenté de hacerlo con Ortega, el Enzo y, los últimos seis meses, con Trezeguet- pero los entiendo. Inmediatamente me pregunto. ¿Y si hubieses jugado en River? Probablemente te amaría y te idolatraría aún más que tus endiosadores. Pero no puedo. No debo. Y, para qué negarlo, no quiero.

¿Me perdí un jugador de enormes características? No, para nada. Te vi igual. Te sufrí igual y, porque no decirlo, cuando jugaste en Villareal o en la Selección e incluso te disfruté cuando eras vos el que le pasaba la pelota a Javier Saviola para que hiciera los goles en el Barcelona. ¿Sabes cuantas veces saqué a relucir el penal que erraste con Villareal como carta de que no eras perfecto? Miles. Convengamos que no había muchas manchas en tu carrera. La realidad es que lo grosso fue haber llevado a un equipo inexistente como el Submarino hasta ahí. Ahora te lo puedo decir, ya no jugas más para ellos, pese a que siempre seras uno de ellos.

Respeto a Boca como rival. No lo disfruto, ni mucho menos lo ensalzó. Son la némesis. Para mí, Boca es lo que está mal, lo impuro, lo indigno, todo lo contrario a lo que yo quiero en esta vida futbolística. Pero vos.Con vos tuve y tengo un dilema. ¡Estas cortado por la tijera riverplatense, Román! Los lujos, la exquisitez, ser un diez excelso.Eso es de nuestra escuela. Allá reinaban la garra, los huevos, el ganar como sea, ganar clásicos colgados del travesaño. ¿Cómo podía ser que Boca tuviera al mejor jugador de los últimos 10-15 años del fútbol argentino en la Ribera? Era imposible. Ese era River.

Vos cambiaste el paradigma. Más allá de los Rojitas, Márcico, Mastrángelo y el propio Maradona, vos les cambiaste el paladar a ellos. Vos les demostraste que al fútbol también se juega lindo. Les abriste los ojos. Les mostraste el fútbol que a mi me inculcaron desde pendejo, ese que viene con la herencia Gallina de mi viejo. ¡Cómo no te van a amar! Les mostraste un mundo perfecto. Si yo fuera ellos también te amaría.

Pero no soy ellos. No te amo. Ni te quiero. Pero te respeto. Como vos a River. Si hay alguien que tuvo y tendrá motivos y espalda para bardear a River ese serás vos. Ni el bocón de Bérmudez, ni Maradona con toda su leyenda, ni siquiera Palermo. El tipo que más hizo padecer a River fuiste vos. Vos y el guante en la derecha. Vos y esa velocidad distinta para jugar a la pelota. Vos y ese amor por la clase, el juego y el estilo. ¿Y sabes qué? Jamás te vi injuriar a River. Al menos no en los medios, no ante la opinión pública. Siempre te ví, incluso, tirar buena onda. “River tiene que ascender”, “Extraño el Superclásico” y más frases del estilo. ¿Cómo no voy a respetarte? Eso sí que no. Eso te lo ganaste. Y fijate si serás grande que ni ellos, en todo el odio que nos tienen porque así fuímos concebidos, fueron capaces de jamás decirte nada por tirar buenas ondas para River. Es que fuiste tan grande en la historia de Boca. El más grande, sin dudas.

Yo amo a Ortega. Amo a Francescoli. Mis viejos y los libros me enseñaron a amar a Angel Labruna, me explicaron que es La Máquina y me dicen porque, por ejemplo, Matías Almeyda no es ídolo. A vos no te puedo ni siquiera tomar cariño. No me lo permito. Sos de ellos. Sos bostero. Sos de la contra. Pero sos un tremendo jugador de fútbol. De los mejores que ha existido y, pese a no disfrutarte por lo anteriormente expuesto, sí tuve la suerte de verte en la cancha, como a Orteguita, por ejemplo.

Chau Román. Gracias a Dios ya no jugas más en Boca. Ya no me vas a hacer padecer más. Quizás ahora sí, en algún rincón de YouTube, en las palabras con mis amigos bosteros o incluso si te veo jugando en algún lado pueda disfrutarte. Antes no pude. Sabrás entender el porque. Nos vemos, nos seguiremos viendo cada vez que se crucen en una cancha una camiseta blanca con una banda roja y una azul con una franja horizontal amarilla. Después de todo, vos naciste y morirás bostero y yo nací y moriré Gallina. De todas maneras, hoy me tomó una licencia de rivalidades y te digo: gracias por el fútbol.

Ahora, sí, seguimos siendo rivales. Porque así nos manda la historia y este maravilloso deporte llamado fútbol.


junio 05, 2012

El campeón mezquino




mezquino
1. adj. Avaro,tacaño,miserable:
fue mezquino hasta en su ataúd.
2. Ruin,falto de nobleza y moralmente despreciable:
tu comentario es tan mezquino que no merece respuesta.
3. Pequeño,diminuto:
propina mezquina.


Mucho se ha hablado que los métodos que empleó el Chelsea, recientemente coronado nuevo monarca de la Champions League, para obtener el cetro continental. Pero pareciera que pocos recuerdan que ya hubo con anterioridad equipos que campeonizaron y que pese a tener uno o dos partidos en los que golearon, fue casi regla general recurrir al juego ratonero para lograr sus objetivos. Muy mal la hemos pasado quienes nos acostumbramos a observar y apreciar el fútbol de asociación, con múltiples toques y desbordes, con balones filtrados al espacio, de rotación de posiciones.

De que ya ha habido otros que han tenido planteamientos rácanos y han triunfado no es ningún secreto. Se viene a la mente el Milan de Ancelotti (curiosamente técnico de los blues hasta hace muy poco) en la 02/03, con tan solo dos partidos con más de dos goles a favor (en A Coruña versus el Depor 0–4 y en San Siro contra el Ajax 3–2) y que en una final de los más tediosa y soporífera contra el otro gigante italiano, la Juventus de Turín, dirimieron el título hasta llegar a los tiros libres desde el manchón penal, luego de 120 minutos de futbol sin goles en el tanteador.

Caso parecido al del Porto campeón al año siguiente, en la 2003/2004. José Mourinho (otro con pasado vinculado al club del Sur de Londres) y que usaría a su Porto como trampolín para pasar a la Premiership. La única salvedad es que este equipo luso ganó con autoridad en el Arena AufSchalke de Gelsenkirchen por 3-0 al Mónaco, que venía de deshacerse del Chelsea en semis, en una apasionante eliminatoria que llegó a estar a 45 minutos de llegar a la final luego de ponerse arriba 2-0. Pero fuera de ese partido,solamente el encuentro ante Marsella fue solventado de manera contundente 2-3 en el Velodrome, y los franceses ni siquiera pasarían la etapa de grupos.

Sin embargo, en esta ocasión hablaremos de uno en particular que tuvo el ascenso a la cúspide y ahora está en horas bajas. Se trata de uno de los fundadores de la Football League en 1888 y de la Premier League en 1992. El Aston Villa.

En esos años el formato era un tanto distinto a lo que ahora vemos. Eran una especie de liguilla en la que quienes avanzaban se iban enfrentando a quienes iban solventando sus respectivas eliminatorias.Los villanos le metieron una paliza de 7-0 en el global al Knattspyrnufélagið Valur de la capital de Islandia, Reykjavík (5-0 y 0-2). Pero después vino lo bueno. Se enfrentaron al único equipo que entró a la competición luego de sortear la etapa clasificatoria, el Berliner Fussball Club Dynamo (o Dynamo Berlin a secas) el equipo que formaba parte de la estructura deportiva de la Stasi -el aparato policial y de inteligencia de la RDA-. y que había dejado atrás al St. Etienne que había hecho récord de puntos en la temporada 80/81 con 1.5 puntos y 2.62 goles por encuentro.

El mecenas del Dynamo, Erich Mielke, Ministro de Seguridad, era tan fanático del equipo que arregló que fueran campeones de la RDA entre 1979 y 1988. En la República Democrática Alemana fue un 1-2, pero en el Villa Park, con gol de Terletzki al minuto 15 se impusieron al equipo inglés 0-1. Pasaron por los goles de visitante.

El siguiente escollo sería otro Dynamo, esta vez el de Kiev. Pero el equipo enfrentaría antes la adversidad de ver como el técnico Ron Saunders se alejaba por fuertes desaveniencias con el presidente del equipo, Ronald Bendall, pues quería renegociar su contrato a media temporada y si lo llegaban a despedir exigía 3 años de salarios, un capricho que no se le podía cumplir. A los ucranianos los pasaron no sin una alta cuota de suerte, la del campeón dirían algunos. Ya al mando de Tony Barton, en Kiev fue un 0-0 pero los villains sacarían oro de los goles de Shaw y McNaught en Midlands en la primera parte del cotejo, 2-0 y a cobrar. Pocas veces un equipo había conseguido tanto premio con tan poco esfuerzo.

Por cierto, Saunders, había sido el artífice del éxito del año inmediato anterior en la liga, luego de superar al Ipswich Town de Bobby Robson. En este momento quiero hacer un paréntesis pues el equipo con el que disputó la liga doméstica inglesa de ese año merece un capítulo aparte.

En la temporada 1980/1981 Ipswich Town disputó hasta el final junto a Aston Villa el título. De hecho lo hizo también en la siguiente temporada, en ambas quedaría en segundo lugar, ese año el Liverpool le ganaría por 4 puntos la liga. La ley de la compensación hizo que se diera justicia poética en este caso, la Copa UEFA fue ganada a los holandeses del AZ Alkmaar 5-4 en partido doble de la final. John Wark, del Ipswich y de 23 años igualó a José Altafini como máximo goleador de un torneo continental con 14 dianas y lo más increíble, siendo volante defensivo!!! Años después Jurgen Klinsmann, actual técnico de la selección estadounidense rompería ese récord en la Copa UEFA de la temporada 1995-1996.

Estaban en la penúltima etapa. En semifinales estaba el Royal Sporting Club Anderlecht. Los belgas caerían en Inglaterra por 1 a 0, con gol de Morley al 27 y en Bruselas no pasaron del 0 a 0.

Se venían los bávaros. Los que habían encadenado tres títulos consecutivos hacía tan solo 6 años atrás.

Los favoritos: Müller,Breitner, Hoeness, Dürnberger, Dremmler, Rummenigge, Augenthaler, Mathy, Horsmann, Kraus, Weiner


Frente a los no tan favoritos: Rimmer (Spink); Swain, Evans, McNaught, Williams; Bremner, Cowans, Mortimer; Shaw, Withe y Morley.


No por estar en la final dejó de tener sobresaltos el equipo inglés, al minuto 9 se vio en la necesidad de sustituir al portero titular Rimmer por un novel Spink que defendería con uñas y dientes el arco villano. Fue 1-0 en el mítico estadio del Feyenoord, el De Kuip. Fue un 26 de mayo de 1982, Peter Withe al 67 permitió que el Aston Villa escribiera su nombre en letras de oro, en los anales de la historia del fútbol moderno.